ANA FRANCISCA SÁNCHEZ ZAMORA, RECUERDA CON NOSTALGIA
LOS AÑOS EN LOS QUE A FALTA DE TELEVISIÓN HACIAN TEATRO EN LOS CHORRETITES.
En aquellos años llegaron a reunir más de un centenar
de personas aplaudiendo en la escuela mixta
de Los Chorretites. Años en los que interpretaron algunas comedias.
Ana Francisca recuerda algunas de sus interpretaciones.
El Hada Azul fue un de ellas. Aquí os la dejo. Si podemos hacer un video lo
dejaremos en los próximos días.
Cierto día el Hada Azul,
quiso a la tierra bajar
y se mandó preparar
su gran carroza de tul.
Diciendo: "A cada mujer
de las diversas naciones,
les voy a dar tantos dones
como pueda conceder".
Bajó aquí sin dilación,
tocó su cuerno amarante
y acudieron al instante
una de cada nación.
Llamó y dijo a la italiana:
Tú tendrás ardientes ojos...
y tendrás labios tan rojos
que parecerán de grana.
Por tu cutis sonrosado,
dijo a la inglesa, serás
entre todas las demás
un tesoro codiciado.
Por tus nacarados dientes
le dijo a la austriaca luego,
verás quemar en el fuego
de amor a tus pretendientes.
A la mujer parisiena
le dio una distinción,
ingenio, corrección...
y hasta corazón también.
Y así fue haciendo lo mismo
pródiga con todas ellas,
repartiendo entre las bellas;
a una sentimentalismo,
a otra ingenio, a otra blancura,
a otra claro entendimiento,
a esa otra un alma pura...
Así acabó sus dones,
que entre todas repartió,
cuando al terminar salió
de entre todas las naciones
una gallarda manola
muy joven, casi chiquilla,
que lucía una mantilla
de rica blonda española,
y que acercándose al Hada,
ruborosa dijo así:
Según veo para mí
no me habéis dejado nada.
Quedóse el hada un momento
suspensa de admiración
y fijando su atención en ella,
con acento dijo luego:
¿Tú qué quieres
que yo te pueda otorgar?
¿Tienes algo que envidiar
a todas estas mujeres?
¿No tienes el pelo acaso
abundante, negro, hermoso?
¿No tienes el porte airoso?
¿No hay en tu mirada clara,
rayos de sol que fascina?
¿No es tu sonrisa divina?
¿No es bellísima tu cara?
Entonces, ¿qué quieres?, di
si aún juntando a todas ellas,
resultan menos bellas que tú.
¿Qué buscas aquí?
Sin embargo, dijo el Hada:
yo no quiero que al marcharte
tengas porqué lamentarte
de que no te he dado nada.
Y mirando a la manola
dijo alzando más el tono:
¡A ver, que traigan un trono
a la mujer española!
Y en este cuento me fundo
si es que este cuento no engaña,
para decir que en España
está lo mejor del mundo.
II
Las mujeres españolas
se distinguen por su cuerpo,
por su cara tan risueña,
su talento y su salero.
Una de estas mujeres,
a ninguna se la iguala,
porque entrega cuando ama
todo el candor de su alma.
Mujeres, como capullos en flor;
vosotras sois el orgullo español;
mujeres morenas de labios coral
que entregáis la vida
y el alma al besar...
Mujeres que lleváis en los ojos
las luces de un tesoro
del Cielo Español.
Dedico esta poesía
en fechas tan señaladas,
a estas fiestas Covarchinas,
a las Reinas y sus Damas.